Si algo ha hecho que cambie mi percepción sobre Microsoft en los últimos años ha sido, sin duda, Windows 10. Un sistema que devuelve al seguidor del sistema sus aspectos más esenciales, que se abre durante su desarrollo a los usuarios mediante betas y en el que está teniendo mucha fuerza la opinión de los mismos. Fruto de una mente más abierta y participativa por parte de los responsables.
Windows 10 es un sistema operativo sin terminar. Y, por tanto, le quedan muchas cosas que modificar o incluir. Sin embargo, desde su inicio ha estado a la altura de lo se supone que tenía que ofrecer…. Es fluido, limpio, coherente con cada dispositivo en el que se ejecuta… Y las primeras actualizaciones están mejorandolo a pasos agigantados.
La última build de Windows 10 consolida más aún esta idea. Para empezar, se añade un nuevo centro de notificaciones que concentra todos los avisos de sistema y de aplicaciones en un panel dinámico que se abre en la parte inferior derecha.
Microsoft ha escuchado las sugerencias de los usuarios y añade cosas tan importantes como el hecho de poder quitar los iconos de multiventana o el buscador de la barra de tareas. También se añaden nuevas transiciones al abrir y cerrar ventanas… Y eso son sólo aspectos notorios de esta versión. También hay muchas mejoras en cuanto a rendimiento y compatibilidad que iremos conociendo conforme avance el desarrollo.
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