Es curioso como un mercado aparentemente estable y con unas cifras ya repartidas como el de las videoconsolas puede dar una vuelta de tuerca y romper con estadísticas que venían reafirmándose desde hace años…
Es lo que ha pasado con el fenómeno de la Next-Gen, donde PS4 y Xbox One mantienen una batalla en la que, como bien deja entrever el título, la consola de Sony arrasa.
Hasta ahora, Sony y Microsoft tenían más o menos su mercado y repartido. Ambas sólo tenían que ir a la par en innovaciones y juegos exclusivos para que no hubiera sorpresas. Pero con PS4 y Xbox One la situación ha dado un giro inesperado. Xbox One se ha quedado atrás y PS4 ha robado una importante cantidad de jugadores hardcore a su rival, llegando a duplicar el número de unidades vendidas.
Según datos oficiales, Sony ha vendido ya 10 millones de PS4 frente a las 5 millones de Xbox One. Un dato que ha sorprendido a la mismísima Sony. Los motivos de este desequilibrio son varios pero casi todos los expertos apuntan a la diferencia inicial de precio entre ambas consolas como detonante en la batalla.
Como recordaréis, Microsoft presentó Xbox One como parte de un todo. Un todo en el que Kinect era un accesorio indispensable para poder disfrutar de su consola. Eso no sólo no gustó a sus potenciales seguidores sino que además hacía que el precio de la consola subiera a 499 euros, 100 euros más que su rival, PS4.
Con los meses, Microsoft ha tenido que rectificar tras ver la enorme diferencia de ventas que existe entre Xbox One y Ps4. Desde hace un par de meses Xbox One está al mismo precio que PS4 y ya no es obligatorio llevarse a casa Kinect. Una decisión que, para empezar, ha disparado la media de ventas que tenían hasta entonces.
Ahora, sólo falta esperar a ver cómo reacciona el mercado a esta rebaja de precios y si Xbox One sigue teniendo posibilidades de igualar la partida con PS4, una consola que ahora goza de la atención de ex-seguidores de Xbox One que igual, en estos momentos, ya no quieren dar marcha atrás. |