Los electrodomésticos, ordenadores, tablets, móviles y todos los demás aparatos eléctricos son parte de nuestra vida, hasta hace poco, nada nos hacía pensar que quizás tendríamos que renunciar a utilizarlos, o a dosificar su tiempo de uso.
El precio de la luz desde que estalló la crisis actual, ha aumentado mucho, así como el de otros productos y servicios. En la actualidad, ya existe lo que se denomina pobreza energética. Este tipo de pobreza, excluye a millares de hogares españoles de algo tan básico como poner la calefacción, calentar agua, o simplemente poder pagar la luz cada mes. Cada día, afecta a más y más gente y las facturas eléctricas no paran de aumentar.
Ante este panorama desolador, miles de personas realizan enganches piratas a las compañías eléctricas, que muchas veces terminan en incendios por su mal conexión, otras personas se conectan a la luz de la comunidad o a la luz del vecino encareciendo la factura de éste.
La situación parece no ser reversible, el famoso déficit tarifario, no hace más que aumentar el precio de la factura cada mes, y mucha gente apenas puede cubrir con su sueldo las necesidades más básicas.
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